La Fotografía Incompleta
Rubén Moya Requena
- Retorno a mis días de juventud. Recorro con lentitud la suave
madera de
la mesa de noche, el flexo que tantas noches me acompañó en
mis estudios de adolescente. Observo las figuritas de porcelana que sabe dios cuando me miraron por última vez, quizá esa
mañana en la que decidí poner fin a la vida familiar, a la comida caliente y la ropa planchada, al rumor tenue de mis
queridos padres rondando mis pasos veinteañeros, como el rumor de unas olas suaves y esponjosas cargadas de aromas de
otros mundos. Puse en marcha mi velero y partí con el mástil prepotente de la adolescencia y las velas nuevas-demasiado nuevas-y
faltas de experiencia.
- .Ahora, que vengo del tanatorio, las luces se han apagado ,el
flexo está rendido por el paso de los años y en la mesita de noche perviven como fantasmas marcos de fotos, marcos de plata,
de madera, de vidrio, marcos acusadores y delatores del tiempo. Y dentro de esos marcos les observo .A todos. A todos los
fantasmas que me sonríen desde el olvido: Los ojos de mi abuelo, duros y rústicos, la sonrisa de mi tía, que se quebró una
mañana de agosto, la inocencia de mi hermana que lloró sangre por nosotros el día de su despedida, la locura de mi abuela
con su mente desvencijada por su edad centenaria y las huellas de la senilidad ,la calidez de mis primos, en aquellas reuniones
festivas...
- .Apago por un momento mis ojos, intento acercarme a la muerte ,saborear
la presencia inexistente de todos los que fueron, huelo a vida exhumada de un mal sueño, huelo a incienso mal quemado por
la sórdida combustión de la soledad, apesto a vida ,y los míos se santifican en los retratos perennes, desafiantes a la inmortalidad.
Apesto a vida y por tanto puede que el único que esté realmente muerto sea yo, con mis manos de cera, propicias para arder
ante la llama de la desesperación.
-Me quito la americana negra, la corbata negra,los pantalones negros, y me desnudo ante ti. Te observo,
incrédulo, por ultima vez, mi amor. Porque sé que cuando te deje en la mesita de noche, entre todos los nuestros, con sus
sonrisas y melancolías, con tu bonito marco en oro blanco resaltando tus cabellos negros, sabré -me repito a mi mismo- que
el último muerto que queda soy yo. . R.M.R.2008.
Fotografia Brassai (Gyula Halasz)
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